Buenos Aires, Viernes 19 de Julio de 2025. Mientras el fin de semana que se avecina ofrecerá una tregua térmica en buena parte del país, los modelos meteorológicos a mediano plazo sugieren que el invierno aún tiene cartas fuertes por jugar. De hecho, una nueva irrupción de aire polar, con potencial de convertirse en una ola de frío de magnitud, podría desarrollarse a partir del martes 23 de julio, según lo anticipa el modelo del Centro Europeo de Pronóstico y otros organismos internacionales como el centro meteorológico de Brasil.
Una irrupción de aire polar ganaría intensidad sobre el centro y norte del país
El fenómeno proyectado no se limitaría a Argentina, sino que también podría afectar a Uruguay, Paraguay, parte de Bolivia y el sur de Brasil, con un descenso térmico marcado que se extendería durante varios días consecutivos. Este nuevo pulso gélido tendría la fuerza suficiente para consolidarse como la segunda ola polar de julio, en lo que ya es un invierno particularmente activo en materia de extremos térmicos.
Las previsiones coinciden en señalar que el ingreso de aire frío de origen antártico impactará especialmente sobre el norte patagónico, Cuyo, la Pampa húmeda y gran parte del norte argentino, reforzando un patrón climático dominado por altas presiones y vientos persistentes del sur.
Vientos intensos en la Patagonia: ráfagas de hasta 100 km/h este sábado
En simultáneo, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) mantiene activa la alerta por vientos fuertes en sectores de la Patagonia, que rige desde este viernes y se extenderá durante la jornada del sábado 20 de julio. Se anticipan ráfagas cercanas a los 100 km/h, principalmente durante la mañana del sábado, con una atenuación progresiva hacia la tarde.
Las áreas más afectadas abarcan el interior de Chubut —incluyendo Gastre, Paso de Indios, Sarmiento y la meseta de Escalante—, así como regiones de Santa Cruz, particularmente en la meseta de Deseado y meseta de Magallanes, donde el viento podría reducir la visibilidad y provocar complicaciones locales.
Con este panorama, se reafirma que julio aún tiene potencial para profundizar el carácter severo e inestable del invierno 2025 en el cono sur.